Este
movimiento creado en Italia hace unos 20 años se ha estado extendiendo por todo
el mundo ganando cada vez más adeptos. El Slow Food o comida lenta está
simbolizado por un caracol, que es el mejor símbolo que puede representar a
este concepto gastronómico para volver a la comida tradicional disfrutando con
toda tranquilidad de una buena mesa en un entorno adecuado.
La
comida rápida que nos proporcionan en los establecimientos especializados,
puede comerse a cualquier hora del día y en pocos minutos, la falta de tiempo
propicia el auge de estos establecimientos.
Slow Food pretende recuperar las costumbres alimentarias saludables,
consumiendo platos nutritivos y completos utilizando ingredientes que sean
consistentes y que nos aporten lo necesario a nuestro organismo como pueden ser
las legumbres, las pastas, carnes o pescados, verduras, etc.
Este
nuevo concepto tiene la base de una dieta mediterránea pero con unas ligeras
variaciones en cuanto a la forma de realizar las cocciones, además de unos con
conceptos añadidos que mejoran la dieta, como por ejemplo, una masticación
adecuada de los alimentos, utilizar sabores suaves y naturales, mantener una
comida sin prisas que favorezca la relación social con el resto de comensales,
utilizar menús de gran calidad nutritiva, etc.
Sin
duda es un gran concepto que favorece muchos aspectos de nuestra salud, aunque
difícil de seguir, la falta de tiempo no es un capricho, es una necesidad, una
obligación que nos conlleva a muchos aspectos negativos en nuestra alimentación
y por consiguiente en nuestra salud.
Hacemos
parte como restaurante, de este concepto. Los invitamos a visitarnos.
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